Durante mucho tiempo, los recubrimientos orgánicos se han utilizado ampliamente por sus buenas propiedades decorativas, su variedad y su bajo precio. Sin embargo, dado que las principales materias primas de los revestimientos orgánicos proceden de recursos naturales como el carbón, el petróleo y el gas natural, durante su procesamiento se produce un gran número de subproductos, disolventes volátiles y monómeros residuales, lo que provoca la contaminación del medio ambiente y el derroche de muchos recursos y energía.
Con el creciente énfasis en la protección del medio ambiente y la conservación de la energía, los revestimientos inorgánicos y los aditivos de revestimiento más respetuosos con el medio ambiente y que ahorran energía representados por el dióxido de silicio (silicato) han recibido cada vez más atención, y su desarrollo de aplicaciones en el campo de los revestimientos se ha profundizado cada vez más.